martes, 30 de julio de 2013



                              



                                           LA “MALA EDUCACIÓN”

Soy maestra de primaria. Muchas madres se lamentan  en las  tutorías de sus irresponsables, desobedientes  e  irrespetuosos  hij@s y manifiestan su desesperación  e impotencia.
 ¿Tienen los padres y madres alguna responsabilidad en ello?, ¿han tenido mala suerte con los hijos que les ha tocado  o , por el contrario, tienen una parte importante de responsabilidad  en  cómo son estos niñ@s?... ¿Cómo reaccionaron la primera vez que el niño o niña les dio una mala contestación, no cumplió con sus obligaciones domésticas asignadas (si es que tenía alguna, claro) o no hicieron sus deberes del colegio?
Educar no es una tarea fácil. Los padres y madres nos encontramos diariamente  ante situaciones que exigen una respuesta inmediata y efectiva. La educación de un niñ@ no se puede posponer para dentro de una hora,  de varios días o de algunos años. Hay que saber responder de inmediato. Hay que educar desde el principio, y, desde el principio se tienen que tener algunas ideas claras sobre qué tipo de ser humano se quiere  formar.
Si no hay un objetivo, un ideal o una meta,  si no sabes hacia donde caminas, es fácil que te pierdas, que te confundas, que entres en contradicciones y que acabes haciéndolo mal, pero que muy mal.  Los niñ@s necesitan padres  que les quieran y les protejan, pero también necesitan padres que les eduquen bien, que sean consecuentes  y que les enseñen valores positivos y universales  como la responsabilidad o el respeto al prójimo,  ¿o acaso alguien puede cuestionar que la responsabilidad o el respeto son valores positivos y útiles para el ser humano?
Educar exige mucho tiempo, dedicación y esfuerzo. La mayoría de los padres y madres que “maleducan” o simplemente “no educan”, lo hacen por cansancio y dejadez.  Vivimos aquejados de un stress crónico y cargados de obligaciones que nos agotan. Cuando recogemos a los niñ@s  del colegio después de nuestra particular jornada de trabajo, estamos cansados y saturados. Es más fácil, rápido y cómodo dejar que  se salgan con la suya, no realicen sus obligaciones o hacérselas tu mismo, que enseñarles  a hacerlo. Es más fácil y cómodo” dejar pasar” y “mirar hacia otro lado”  que  intervenir. Pero en el fondo todos  sabemos que eso acabará creándonos un problema futuro y que esa actitud paternalista es  el inicio y la semilla de una “mala educación”.